
En la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, durante el cambio de guardia del Palacio de Gobierno un grupo de unas 40 personas se acercan y se paran al frente de este edificio, comienzan a aplaudir con energía hasta que por una ventana del tercer piso aparecen 2 personas, una de ellas es el presidente Morales y alguien que pide que ya no aplaudan. Termina la acción.
El aplauso generalmente es la acción que surge como consecuencia de otra precedente, es la reacción de aprobación y reconocimiento. Ahora bien, si ninguna acción previa determinada se dio antes de estos extensos aplausos…¿porque aplaudir? Y porque aplaudir ante este edificio que representa el gobierno de un país que está en medio de procesos conflictivos en los que el rechazo y la aprobación están tan dosificados entre los mismos bolivianos? Acaso podríamos estar ante una provocación que reclama un motivo para este aplauso o simplemente queriendo resaltar el lugar y el edificio como símbolo del poder que irónicamente es obligado a salir y poner atención en este grupo de personas.
Es revertir el orden del proceso acto-reconocimiento y el reconocimiento en política es aun más esquivo y tardío. Esta performance es breve y eficaz, consigue una reacción que no sé si fue la prevista, pero sucedió. Esto hizo que los mismos participantes se llevaran la retribución de haber conseguido algo a cambio, una molestia, una curiosidad, etc. Ya que cada uno de ellos podría ser representante de algún sector de esta población que se expresa ya sea aplaudiendo, gritando, conversando, o simplemente mirando hacia otro lado. A lo mejor aplaudieron porque el artista pensó que al estar en un lugar en el que las protestas son fácilmente acalladas, ésta era la manera más hábil o astuta de provocar.
Alejandra Delgado.
El aplauso generalmente es la acción que surge como consecuencia de otra precedente, es la reacción de aprobación y reconocimiento. Ahora bien, si ninguna acción previa determinada se dio antes de estos extensos aplausos…¿porque aplaudir? Y porque aplaudir ante este edificio que representa el gobierno de un país que está en medio de procesos conflictivos en los que el rechazo y la aprobación están tan dosificados entre los mismos bolivianos? Acaso podríamos estar ante una provocación que reclama un motivo para este aplauso o simplemente queriendo resaltar el lugar y el edificio como símbolo del poder que irónicamente es obligado a salir y poner atención en este grupo de personas.
Es revertir el orden del proceso acto-reconocimiento y el reconocimiento en política es aun más esquivo y tardío. Esta performance es breve y eficaz, consigue una reacción que no sé si fue la prevista, pero sucedió. Esto hizo que los mismos participantes se llevaran la retribución de haber conseguido algo a cambio, una molestia, una curiosidad, etc. Ya que cada uno de ellos podría ser representante de algún sector de esta población que se expresa ya sea aplaudiendo, gritando, conversando, o simplemente mirando hacia otro lado. A lo mejor aplaudieron porque el artista pensó que al estar en un lugar en el que las protestas son fácilmente acalladas, ésta era la manera más hábil o astuta de provocar.
Alejandra Delgado.